En esta tercera entrega de la saga, Percy Jackson y sus amigos se embarcan en una nueva misión para rescatar a la diosa Artemisa y detener el avance del titán Cronos. El grupo se amplía con la incorporación de personajes femeninos que forman parte de la orden de las Cazadoras de Artemisa: chicas que han renunciado a los varones y viven bajo un voto de lealtad a la diosa.
Las Cazadoras de Artemisa son presentadas como una orden de chicas eternas que desprecian a los varones y los consideran fuente de problemas. Aunque se enmarca en la mitología, el mensaje de rechazo masculino es explícito.
Se emplean objetos mágicos, conjuros en lenguas antiguas, rituales de invocación, armas encantadas y contacto con el mundo espiritual. El tono es mitológico, pero contiene referencias propias de ocultismo narrativo.
La incorporación de personajes femeninos fuertes se presenta con tintes misándricos (“los varones estropean todo”), lo cual puede ser interpretado como una representación desequilibrada del empoderamiento.
Conviene explicar mitología griega.
