Segunda entrega de la trilogía Los Juegos del Hambre, donde la protagonista Katniss Everdeen, tras sobrevivir a los juegos, se convierte involuntariamente en símbolo de una incipiente rebelión nacional. El Capitolio, sintiéndose amenazado, decide lanzar una edición especial de los Juegos para eliminar a los antiguos vencedores.
El tono del libro es más oscuro, violento y políticamente cargado que el primero. La historia entrelaza resistencia, manipulación emocional, relaciones afectivas ambiguas y represión estatal en un entorno brutalmente vigilado.
La violencia es más intensa que en el volumen anterior. Incluye dolor físico explícito y muertes con carga emocional, lo cual puede impactar a lectores sensibles.
El libro no contiene escenas sexuales ni descripciones eróticas, pero el afecto entre personajes forma parte central de la estrategia de supervivencia.
Plantea dilemas morales reales a través de una historia ficticia, con alto contenido de violencia emocional y física, dentro de un contexto político de rebelión juvenil.
